Viendo el título del artículo uno se puede equivocar y pensar que va de cine, o equivocar y como debería ir de seguros pensar que tocará la leyenda de que el viejo director tuvo que dejar de serlo porque con su edad no encontraba aseguradora para enfrascarse en una nueva película, y cedió a la jubilación por falta de seguro… Lo dejó en la década de los 80 y sin embargo pudo superar vivo el cambio de milenio. Podemos confundirnos y pensar que
quizá de lo que vayan estas líneas sea una de sus pelis más laureadas; el apartamento (1960) , donde el bueno de Jack Lemmon era un gris oficinista de una aseguradora que dejaba su apartamento para los encuentros sexuales de sus jefes. O si somos más cinéfilos podemos hacer memoria y recordar una menos reconocida, en bandeja de plata (1966), donde otra vez Lemmon protagoniza el film en el que sufre un accidente con lesiones, y su cuñado abogado, Walter Matthau, le hostiga para forzar una indemnización. Sin duda daría para mucho… Wilder dijo “Si quieres decir la verdad más vale que seas divertido o te matarán”. En bandeja de plata es una comedia.
quizá de lo que vayan estas líneas sea una de sus pelis más laureadas; el apartamento (1960) , donde el bueno de Jack Lemmon era un gris oficinista de una aseguradora que dejaba su apartamento para los encuentros sexuales de sus jefes. O si somos más cinéfilos podemos hacer memoria y recordar una menos reconocida, en bandeja de plata (1966), donde otra vez Lemmon protagoniza el film en el que sufre un accidente con lesiones, y su cuñado abogado, Walter Matthau, le hostiga para forzar una indemnización. Sin duda daría para mucho… Wilder dijo “Si quieres decir la verdad más vale que seas divertido o te matarán”. En bandeja de plata es una comedia.
Pero de lo que va esto es precisamente de equívocos. Los de Wilder. Los que reconocía sin complejos. Cuando una película no gustaba al público en ningún caso achacaba el fracaso a la falta de promoción, o a que el torpe público no entendiera el mensaje, al contrario él se daba por equivocado, y sostenía que el espectador considerado de forma individual podría ser un imbécil objetivo, pero que si metes mil imbéciles en la oscuridad de la sala se da una sintonía que hace que se conviertan en un genio crítico, un juez inapelable. La masa tiene razón. En esta ocasión el cineasta no hablaba de seguros, pero es donde veo la analogía.
El primo del cuñado de mi vecino del tercero es un imbécil y como tal; con dos comentarios probablemente equivocados en dos foros de internet y la recomendación de Pepe el rubio, en el bar La Esquina, mientras tomaban tinto de verano decide que debe contratar su seguro el solo por teléfono, desoyendo a mediador de debajo de su casa que le hace una oferta 7 euros más cara y que sí se adaptaba a lo que necesitaba. Sin embargo cuando además del cuñado de mi vecino hay mil imbéciles más que hacen igual… a ver si el equivocado va a ser el mediador que vende 7 € más caro algo mejor.
Sin duda los mediadores estamos equivocados en la forma de transmitir valores que no llegan al consumidor, o peor, que no son los que quieren. No son los que necesitan. Por muy claro que lo veamos si el mercado no pide algo es inútil forzarlo. El consumidor tiene más información, y la técnica de generar la necesidad de comprar algo acabó con el siglo pasado. Lo que se puede crear es la necesidad de tener una experiencia, analicemos la publicidad de Apple, Coca Cola, Bmw… nos venden lo divertido que es escuchar música con unos auriculares sin cable, la experiencia de conducir, o la sonrisa que deja un refresco frío, no hablan del sabor, de motores, o de la cobertura… Sin embargo nosotros mantenemos el equívoco de comunicar beneficios, coberturas, límites que no interesan a miles de imbéciles.
Animo a hacer como Wilder, dejar de pensar que el equivocado es el otro, porque son muchos otros. Asumir que no era el mejor método, que probablemente era bueno para alguien, pero si no lo es para la mayoría no tiene sentido. Que hay que adaptarse a la nueva forma de manejarse en la sociedad, que lo que servía antes no vale para todos ahora. Y si no es para todos estamos equivocados. Pero la buena noticia es que puede haber otros sistemas, solo hay que pararse a pensar, analizar, y comenzar de nuevo. Recuerda: podemos estar equivocados ¡nadie es perfecto!
Artículo escrito para la revista Seguros.
Fotografía: N. Seeff Wikipedia
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