Cuando se habla de la independencia de Cataluña del resto del país se tiende ha pensar en cuestiones de patrias, naciones, sentimientos, o política... Pero y con el sector asegurador ¿qué podría pasar?
No pretendo hacer un análisis puntilloso, solo dejar unos datos para pensar: hagamos ciencia ficción del día uno después de la independencia y nos planteamos que pasaría en el sector asegurador. Nos daráimos cuenta de que en Cataluña habría cambios significativos, porque de repente de las aproximadamente 175 aseguradoras autorizadas hoy para operar en España, no sabemos cuantas ni se plantearían estar en el nuevo estado... Probablemente unas cuantas. Primer problema: la pérdida de competidores podría suponer un aumento en las primas...
Esta misma pérdida de competidores podría causar incluso que hubiera riesgos con complicaciones para colocar, por la desaparición de alguna agencia de suscripción que no tuviera intereses en Cataluña, o alguna correduría especialista en determinado negocio, o sencillamente por volumen de primas.
A las aseguradoras que quisieran competir en el nuevo estado les supondría un aumento de los gastos, perderían negocio en España, y para mantener el negocio catalán tendrían que instaurarse otra vez, quizá nuevas reservas, etc... Aumento de los costes significa aumento de primas.
Pero existen otros inconvenientes: Las aseguradoras tendrían que ver como gestionan las reservas matemáticas de los seguros de ahorro de los catalanes, como separar esos activos comprados hace años y los ¿planes de pensiones? ¿El asegurado tendría que cobrarlos en España y tributar dos veces?
La mediación también sufriría cambios, los mediadores españoles que aseguran riesgos en Cataluña perderían el negocio, o tendrían que instalarse también en el nuevo estado, estaría al alcance de muy pocos, y eso una vez que estuviera organizado todo el mercado.
¿Y los consumidores catalanes? Pues notarían que algunas aseguradoras desaparecen, que suben ligeramente los precios, además de lo que pudiera pasar con los impuestos y tasas, y descubrirían que necesitan más seguros, porque estando fuera de la Unión Europea podría ser necesario contratar seguros de salud, por ejemplo, para salir al extranjero, o tendrían que analizar si se puede financiar un Consorcio para, por ejemplo, los riesgos de inundación con tasas solo del negocio Catalán.
Al resto de España no le iría nada bien tampoco, con menos volumen de negocio total, podría dejar de ser una plaza estratégica para alguna aseguradora global, menos tasas al Consorcio, menos impuestos al estado, los mediadores catalanes con intereses en todo el territorio tendrían que duplicar estructura, las aseguradoras catalanas podrían sentir cierto rechazo por parte del consumidor...
Los defensores de la independencia dirán que este marco fomentaría en Cataluña nuevas oportunidades. Estoy seguro que sí. Pero más caras para todos...
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