Hace unas semanas en un foro de internet de temática automovilística, que frecuento con relativa asiduidad, ocurrió una anécdota que ayuda a entender nuestra realidad.
Generalmente a quienes participan activamente en un foro con regularidad no les suele gustar que usen, lo que entienden su casa, como escaparate de algún producto. No les gusta que les vendan y se suele tratar con cierto desdén al novato que lo intenta. Y, aunque yo ya lo sabía cuando apareció un nuevo tema ofertando seguros, intenté sacar algo interesante antes de la catástrofe.
Digamos que J84 se ofrecía como auxiliar de correduría para hacer los seguros de quién quisiera, y se me ocurrió preguntarle sin malicia que tipo de formación tenía, por curiosidad, por saber si era tipo C, o ya el mercado aprovecha la Ley de Economía Sostenible, y existen auxiliares Asesores con formación tipo B.
La pregunta le ofendió muchísimo, poco antes de que le echaran del foro por no respetar las normas; y supe que le ofendió porque me envió un mensaje privado quejándose un, J84: "Tu de que vas?", seguido de J84: "Tu quien eres para pisotear el trabajo de los demás".
Jamás pude pensar que una sencilla pregunta pueda ofender de esa manera, y entonces es cuando pensé, este pobre sin duda, no sabe nada de nada. No sabe que hay que tener una formación, no sabe que hay que ser transparente y contarlo, no sabe que su corredor le tiene que formar y guiar. Y no es culpa suya...
El mini intercambio de mensajes privados acabó en amenazas por parte del ofendido, y es lo bueno de internet... si esto hubiera ocurrido en una tasca de Madrid en el siglo XVII habría que haber hecho caso a Francisco de Quevedo que decía "Quien deja vivo al ofendido ha de temer siempre a la venganza"... ya sabemos como se las gastaba el irónico poeta.
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