Hace unos días corría la noticia que Obama, presidente de Estados Unidos, en su visita a Australia contaría con un seguro contra cocodrilos.
La noticia se ha debido difundir por todos sitios, mucho más que si la nota de prensa dijera un escueto: Obama visita Australia.Cuando piensas en turismo en Australia la primera imagen que te llegue puede que sean canguros, koalas y el teatro de Sidney.
La noticia se ha debido difundir por todos sitios, mucho más que si la nota de prensa dijera un escueto: Obama visita Australia.Cuando piensas en turismo en Australia la primera imagen que te llegue puede que sean canguros, koalas y el teatro de Sidney.
A nadie se le escapa que el regalo de las autoridades Australianas es puro marketing. En España hemos visto como el presidente de Cantabria llevaba, bajo el brazo a todos sitios, una lata de anchoas de Santoña porque es común el regalo de productos típicos en este tipo de visitas institucionales. Hoy no hay nadie en este país que sepa donde se preparan unas de las mejores anchoas.Hoy ya sabe todo el mundo, y digo bien todo el mundo, que en Australia también hay cocodrilos que muerden.
En nuestro país creo que es complicado que se le ocurriera a alguien usar el seguro como pieza fundamental de una acción de marketing. Pero claro, en las antípodas tienen más sangre en el cerebro porque piensan cabeza abajo.
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