"If I could find words
(To tell you i'm sorry)
Make you understand
I mean just what i say"
The Christians
Hace un mes que hay cierto interés para que las palabras tomen el valor que tienen en el sector de manera oficial, ya os conté las acciones que llevan a cabo ciertos colectivos para que se incluya de manera más correcta la denominación de "mediador", en el diccionario de la RAE.
Y el lunes leía como le reprochaban a Amando de Miguel, que escribe con asiduidad sobre palabras en Libertad Digital, un comentario que había hecho sobre el "seguro de vida". En su artículo hablaba de la denominación de este tipo de seguros como una antífrasis (una figura retórica que consiste en dar un nombre a algo que tiene las cualidades contrarias).
Defendía que los seguros de vida bien podían haberse llamado "seguro de muerte". Y en el artículo del lunes se excusaba explicando :
"seguro de vida" que tiene dos acepciones: (1) "Seguro de vida para caso de supervivencia". Es una especie de pensión a partir de la edad que se estima en el contrato. (2) "Seguro de vida para caso de fallecimiento": se paga el capital asegurado a los herederos del asegurado. Reconozco la simplificación en la que yo caí por ignorancia.
Claro que hay seguros de vida para cobrar en vida, que no es necesario morirse para cobrar una póliza en la que se capitaliza un capital. Pero seamos más sencillos: ¿Cómo sería posible distribuir un producto con ese nombre? ¿Alguien compraría un "seguro de muerte"?
¿y si los llamasemos seguros de invalidez? Para mi siempre ha sido lo más importante. Si partimos de que el hombre es egoísta por naturaleza, ya sabes la típica frase, se "si, voy a pagar un seguro para que luego la parienta se lo gste con otro", cuando les explica que a lo mejor lo tiene que usar él en caso de invalidez, la perspectiva cambia radicalmente.
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