Llevamos una larga temporada escuchando a los corredores de seguros tratar de diferenciarse de otros canales de venta con el canto al sol de la independencia. Si no recuerdo mal era Unamuno quién decía que el hombre como sujeto que es, es subjetivo. Subjetivo es antónimo de objetivo. Es posible que se pueda ser independiente sin ser objetivo. Hace meses escuche a Jordi Evole decir "Hace tiempo que no creo en la objetividad, me interesa más la honestidad". Ser independiente tampoco garantiza ser honesto.
¿Al consumidor le preocupa eso de la independencia? Si me permites el chiste, no, salvo a los catalanes. El consumidor esta a otra cosa. En el reciente Foro Madrid Seguro una de las conclusiones que se podían obtener para ganar cuota de mercado, competitividad, tiene que ver con acercarse al cliente y entender lo que quiere, hablarle en su idioma, ganarle el corazón y ofrecerle lo que busca no lo que nosotros queremos que encuentre. Nadie habló de independencia. El cliente puede querer asesoramiento, pero no le importa la independencia, porque como el valor de los militares, se presupone. No dar por hecho que vas a contar tu verdad a un cliente parece raro, por supuesto la verdad subjetiva de cada cual, modificada por su realidad, su necesidad o su interés.
Cuando hay dos abogados que defienden posturas distintas sobre una misma ley no hay ningún tramposo, están defendiendo de manera subjetiva lo mejor para su cliente. Ni la Ley ni el asesoramiento son ciencias perfectas, y cada mediador lo mejor que puede hacer es asesorar de manera honesta. Y para eso no hay que ser independiente, hay que tener moral decente.
Hace unos días, en un blog que tiene que ver con corredores, y no mencionaré más para que nadie se de por aludido, defendían esa postura de independencia, además poniéndolo en contraposición con bancaseguros y agentes de seguros, mezclando a unos y otros como si fueran lo mismo. Yo mismo les advertí del error que es poner en el mismo saco OBS y Agentes de seguros, y tuvieron la amabilidad de eliminar el párrafo, pero deja esa sensación de que los corredores andan gastando fuerzas en el sentido equivocado, hablando a un auditorio vacío.
¿Al consumidor le preocupa eso de la independencia? Si me permites el chiste, no, salvo a los catalanes. El consumidor esta a otra cosa. En el reciente Foro Madrid Seguro una de las conclusiones que se podían obtener para ganar cuota de mercado, competitividad, tiene que ver con acercarse al cliente y entender lo que quiere, hablarle en su idioma, ganarle el corazón y ofrecerle lo que busca no lo que nosotros queremos que encuentre. Nadie habló de independencia. El cliente puede querer asesoramiento, pero no le importa la independencia, porque como el valor de los militares, se presupone. No dar por hecho que vas a contar tu verdad a un cliente parece raro, por supuesto la verdad subjetiva de cada cual, modificada por su realidad, su necesidad o su interés.
Cuando hay dos abogados que defienden posturas distintas sobre una misma ley no hay ningún tramposo, están defendiendo de manera subjetiva lo mejor para su cliente. Ni la Ley ni el asesoramiento son ciencias perfectas, y cada mediador lo mejor que puede hacer es asesorar de manera honesta. Y para eso no hay que ser independiente, hay que tener moral decente.

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