Quien recuerde como se entraba a trabajar en los bancos hace 30 años vera que la cosa ha cambiado un poco; antes era casi por recomendación, como casi todo, y ahora tienes que tener una carrera y un máster y pasar no se cuantas pruebas, y no me extraña. Para ser SuperBancario hay que demostrar que vas a poder hacer muchas cosas.
Recojo la idea y adapto el termino, SuperBancario, del blog de Francisco Hernández Marcos, siempre tan acertado.
Y es que hoy el bancario sabe de lo suyo, cuentas, créditos, depósitos, y de lo de todos los demás. De todo lo que vende: las televisiones de plasma, balones de playa, vajillas, portatiles y conoce las ultimas novedades en minipimer. Ah! y de seguros...
Desde aquí me atrevo a pedir un aumento de sueldo generalizado a todos los bancarios, porque ya que se desperdician esas grandes mentes abriendo cuentas, y despachando vajillas... que lo cobren.
Esta arenga injustificada viene provocada por un par de experiencias vividas en mis carnes en la ultima semana:
Entraba en la sucursal del banco, cuando la amable interventora, desde el fondo de la oficina me gritaba: "Ángel ¿no necesitarás una tele?". La pregunta en principio descoloca. Después me pregunto ¿me va a regalar una tele? Tres milésimas de segundo después, me doy cuenta que estoy en un banco, por lo tanto, ocurrencia estúpida; no me van a regalar nada.
Me acerque a olisquear, porque ya intuía que daría para escribir un rato."Cuéntame ¿Que tele?". Sin mediar palabra me planta un folleto y dice "XX,XX€" al mes. Como me gusta pinchar:"Un poco cara...". Y ahí es cuando pude comprobar las mejores técnicas de venta y el despliegue de conocimientos del SuperBancario: respuesta:"Es que esta es la mejor".
Como mis conocimientos sobre televisores son los mismos que los del SuperBancario no pudimos seguir con la conversación.
Días mas tarde, como me gusta pinchar, volví a la sucursal y le enseñe una oferta de una tienda de barrio de la misma tele, recordad las especificaciones técnicas: "la mejor", financiada igual, pero sin intereses. O sea, bastante mas barata. Ahí es cuando salió de su despacho el SuperBancario de clase "A", antes llamado director de sucursal, a insistir con "su" tele, y de paso, colocarme un portátil, unas entradas para un concierto, y lo otro creo que era un crecepelo...
Yo antes cuando quería pasar un rato mirando chollos y ofertas iba al rastro o un todo a 100, ahora me acerco a la sucursal y saludo a mis SuperBancarios.
Jajaja... Muy buen post Angel, y cierto como la vida misma: Un banco parece más un "Todo a Mil" que otra cosa.
ResponderEliminarLo que tambien es cierto, es que parte de estos superbancarios, están hasta los mísmisimos de colocar vajillas, toallas, plasmas...
Me tienen dicho más de una vez que tenían que dejarse de estas chorradas y dedicarse exclusivamente a vender lo suyo: vender dinero.
Pero claro, los superjefazos mandan y es lo que les toca.
Gracias por mencionarme! :-)
ResponderEliminarUn post muy bueno. ¿Cogiste la tele al final?
Es broma... ;-)
Gracias amigos!
ResponderEliminarFrancisco, sabes que te sigo, y ha sido una de esas "causalidades" que queramos hablar de cosas muy parecidas a la vez. Y la tele... si, la del pequeño comercio ;)
Anferny descarta eso de que se dediquen a lo suyo. Los SuperBancarios de mi historia son gente con criterio, que entienden la situación del mercado y la aceptan aunque algunos no la compartan.
La conversación siguió, yo no me puedo callar y les dije que era una lástima estudiar tanto para acabar siendo lo más parecido a charlatanes de feria. Me guardo su opinión por respeto, pero acabo la broma diciendo "Yo no descarto en un tiempo tener que colocar la tele con la hipoteca como hacemos con los seguros..."
Aún no se si tomármelo como una puya o pura resignación.
Realmente el trabajo de bancario ya no es lo que era. Enhorabuena por el post.
ResponderEliminar¿Vendedores o asesores bancarios?
Esa es la cuestión