Hoy destapa la Cadena Ser una serie de correos electrónicos que enviaba Caixa Catalunya a su red de sucursales para colocar las preferentes: uno de ellos decía ahora "vamos a ser vendedores, no informadores".
Ya es trágicamente alarmante que en condiciones normales el personal de un banco o una caja, que ayuda a invertir el dinero de sus clientes sea un "informador". El informador es aquél que da la noticia. Un recadero. Cuando lo que necesita, y espera, la mayoría de pequeños ahorradores es un asesoramiento, (Asesoramiento=Consejo o dictamen), algo más profesional...
Ser informador te aleja de toda responsabilidad, sin embargo, el consumidor de banca se deja aconsejar por el superbancario. Pero a este animador de las ventas de Caixa Catalunya, le parecía demasiado informar, y era mejor centrarse solo en vender las preferentes y "con carácter urgente prioritario y de forma inmediata".
Vender con el estilo Paulov, que recogen en la frase "tenemos que aportar 30.000€ por oficina al día, el tirón de orejas puede ser muy importante". Y por si no quedaba claro la recomendación de que nuestros "padres, hermanos, amigos y amigos de amigos, tienen que ser clientes de Caixa Catalunya", insinuaba que hay que vender donde sea.
Por supuesto la entidad, en declaraciones a la Ser, se desmarca del estilo tan personal de venta de su empleado. Pero quién haya entrado un día en una sucursal bancaria, de la marca que sea, se puede imaginar que esta presión, que parecían sufrir los empleados, no sea algo aislada...
VIA| Cadena Ser
Ya es trágicamente alarmante que en condiciones normales el personal de un banco o una caja, que ayuda a invertir el dinero de sus clientes sea un "informador". El informador es aquél que da la noticia. Un recadero. Cuando lo que necesita, y espera, la mayoría de pequeños ahorradores es un asesoramiento, (Asesoramiento=Consejo o dictamen), algo más profesional...
Ser informador te aleja de toda responsabilidad, sin embargo, el consumidor de banca se deja aconsejar por el superbancario. Pero a este animador de las ventas de Caixa Catalunya, le parecía demasiado informar, y era mejor centrarse solo en vender las preferentes y "con carácter urgente prioritario y de forma inmediata".
Vender con el estilo Paulov, que recogen en la frase "tenemos que aportar 30.000€ por oficina al día, el tirón de orejas puede ser muy importante". Y por si no quedaba claro la recomendación de que nuestros "padres, hermanos, amigos y amigos de amigos, tienen que ser clientes de Caixa Catalunya", insinuaba que hay que vender donde sea.
Por supuesto la entidad, en declaraciones a la Ser, se desmarca del estilo tan personal de venta de su empleado. Pero quién haya entrado un día en una sucursal bancaria, de la marca que sea, se puede imaginar que esta presión, que parecían sufrir los empleados, no sea algo aislada...
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