Quien más o quien menos está preocupado con las pensiones de la seguridad social, o al menos con la de cada cual. Sobre todo ahora que se prevé una modificación, como no podía ser de otro modo, a la baja.
Nuestro sistema es de reparto, es solidario, quiere decir que los que hoy cotizamos a la seguridad social, y que va a la caja de las pensiones, se reparte hoy mismo a quien hoy es beneficiario del sistema. O sea, yo cotizo para que cobre mi padre, con el acuerdo (ahora ya solo esperanza) de que mi hijo lo haga para mi, cuando yo deba ser beneficiario.
Del sistema de reparto se puede ser más o menos fan, pero es el que tenemos. El problema surge cuando de repente nos lo quieren cambiar para poder mantenerlo, o al menos, ya nos advierten que mi pensión será mucho peor que la pauperrima que cobra mi padre. Sin ofrecer más solución.
Era de esperar que un sistema de reparto con una pirámide poblacional como la nuestra no tiene un futuro halagüeño porque la base no sostiene la copa. Máxime cuando la cuantía del derecho a pensión depende de lo que cotices, cuando en realidad tu cotización se gasta y no se capitaliza. El sistema es muy solidario pero con un futuro incierto.
En el lado opuesto, el de la capitalización tenemos los planes de pensiones, que se usan prioritariamente como un instrumento fiscal, que el banco fuerza a hacer cuando firmas una hipoteca para ganar unas comisiones más, y que en el histórico las rentabilidades son, para decirlo suave: escasas.
La pregunta es entonces ¿cómo ahorro para mi jubilación? el estado da signos de incertidumbre, y advierte que cada vez serán menores las pensiones, los planes de pensiones no consiguen su cometido para pequeños ahorradores, lo de comprar inmuebles creo que ya habréis aprendido la lección...
¿Y a ahora qué? A no ser que dejéis de leer y os pongáis a tener hijos como conejos me veo trabajando hasta los 80...
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