Vergüenza ajena es lo que cualquier profesional debería sentir al leer algunas cosas: he dicho muchas veces que creo que los foros en internet son un fiel reflejo de la sociedad.
Hoy me he encontrado con un caso curioso: un joven conductor pretende quedarse con el coche de su abuelo, se lo notifica a su compañía o agente de seguros, y la solución que le da es dejar el seguro a nombre de su familiar y hacerle un seguro de vida para cubrir sus daños personales.
Este agente de seguros no debe conocer la póliza que vende, ni la Ley de contrato de Seguro y nadie en su aseguradora le habrá explicado jamás como se actúa en el caso de que ocurriera un siniestro con un conductor novel sin declarar.
Dudo que este hombre quiera engañar a su cliente. Explica lo que sabe, lo que le han contado quien tiene la obligación de hacerlo, la aseguradora con toda probabilidad.
A mi me da vergüenza ajena, pero ¿le dará también a las aseguradoras?
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