Lo más típico entre lo bloggers a final de año, faltos de noticias, y espesos de intelecto a causa de los excesos navideños, es hacer resúmenes del año.
Yo no voy a repasar las noticias que por ahí están, pero no quiero dejar pasar el momento para reflexionar sobre lo que ha supuesto este 2010 para la mediación.
Ha sido un año muy duro, porque lo ha sido para nuestros clientes: esas empresas que les cuesta mantener las plantillas, que escasean de trabajo, y que tienen que reducir costes para mantenerse. Esos comerciantes que han visto disminuidas sus ventas y por lo tanto sus propios recursos. Como los particulares que quién no ha visto peligrar su puesto de trabajo, le han reducido horas, si es que no está cobrando un subsidio del paro... Por lo tanto un año duro en lo profesional, y también lo personal porque cada día somos conscientes de los pequeños dramas de nuestros clientes.
Pero esa es la coyuntura actual, y por tanto no exclusiva del sector.
Para el sector ha sido un año de un cambio profundo, y en este revuelto mercado hay quién ha sabido pescar. La banca ha sacado sus petroleros, parados en los armadores, y los ha reconvertido buques de pesca.
Estos grandes buques no salen a pescar atunes en almadrabas, no pescan con cañas, no seleccionan, tiran sus redes al azar y sacan de todo. Muchos kilos de pesca. Sea lo que sea. Lo necesitan para mantener el barco.
Yo he pescado en ríos desde siempre, la gran pesca del mar no me atrae, es más bonito sentir el sedal en los dedos, pescar al tacto. Para tranquilidad de los ecologistas, me gusta hacerlo "sin muerte", devolviendo los peces a su hábitat. Y desde siempre ha existido el problema de los furtivos, esos delincuentes, que pescan en los ríos con trasmallos, redes, o dinamita... Que matan peces a lo loco, grandes pequeños, cualquier especie... y solo para obtener un beneficio, acaban el ecosistema por el que pasan.
En 2010, los bancos han pescado grandes bancos (de peces) y han pescado sin buenas artes (de pesca), con las redes arrastrando los fondos. Obligando a sus clientes-pez con, cualquier excusa, a contratar un seguro para conseguir que realicen su trabajo, y sólo a cambio de estar atrapado en la red durante 30 años...
El resultado ha sido bueno para la banca y ya se proponen tener más barcos pescando, y en otros caladeros. Como no hay ecologistas que luchen por estos pescados, la situación empeorará.
Poco podemos hacer más que protestar todo lo alto que podamos y por ejemplo en los nuevos medios sociales implantados ya, como esta comunidad de Facebook en contra de la presión de los bancos, que espero, en algún momento, tenga la fuerza necesaria para que podamos escapar de las malas artes de pesca, para lo que os pido vuestra adhesión y colaboración.
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